Monstruos:
Somos unos
monstruos.
Tan solo monstruos.
Estamos
enfermos.
Pues somos
humanos.
Al ser unos monstruos.
Somos humanos.
Y más que tú.
Lo hacemos
bien.
Somos
viciosos.
Lo
disfrutamos.
Nos
disfrutamos.
Nos devoramos
con la mirada perdida.
Y el reflejo
en el espejo.
Somos
perversos
cuando nos
amamos.
Elevándonos
intoxicados.
Excitados.
Extasiados.
Sobre el filo
del nervio.
El sentimiento
anida.
En cada vena
que bombea sangre.
El ansia, la
nalgada, la escupida.
Saliva.
Los corazones
se deshacen.
La mano
apretando el cuello.
Y en tu
espalda
sinfonías
apocalípticas.
Cripticas.
Rítmicas.
Pálidas y
cálidas.
Nos aspiramos
la vida.
Blanca nieve
fría.
Nos acostamos
de día.
El olor de tu
corazón apesta mis noches.
Tu sabor me
duerme los dientes.
Y los días
van en bajada.
Cicatrices.
Trazos de
vida.
Rastros a la
deriva.
Fluidos.
Fluidos
varios con los que me alimento.
Y emanan de
tu cuerpo al vernos.
Diciendo lo
indecible.
Pintando lo
invisible.
Nombrando lo
innombrado.
Pensando lo no
pensado.
Monstruos
encadenados.
Condenados al
repudio.
Por su sed de
placer.
De fantasía,
magia, misterio.
Cruzar un umbral.
Percibir un
poco más.
Definidos por
la muerte.
Guiados por
el inconsciente.
Nos buscamos
como desesperados.
Valor y forma.
Seres
deficientes.
Fallados.
Deformados.
Depravados.
Lujuriosos
por la vida.
Comentarios
Publicar un comentario