Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2020

Me quemo

Me quemo: Me quemo. En el encuentro despierto. De nuestros cuerpos vivos, vibrantes, sudorosos. Llenos de gozo. Nos unimos intensos a través de nuestros sexos. Humectados. Nos encontramos en éxtasis. Cercanía próxima de energía y muerte. De creación divina. Y sublime agonía. Copulando, nuestros rostros distorsionados. Fornicando al ritmo del Tánatos. Animales antiquísimos desatados. ¡Bestias! En forma de huevos sagrados. O lenguas de fuego entre las piernas. Vibramos, gritamos, aullamos. Salvajes, libres, descontrolados. Los tabúes y tapujos. Tirados por el suelo. Como nuestra ropa. Quedaron ahí tirados. Detrás del reloj de arena. Atrás. Del otro lado. Del reflejo. Rodamos, nos revolcamos. Cama, piso, contra la pared, mordidas. Espasmos. Nalgadas. Dolor y placer conjugamos. El universo se dilata. Y tu vagina también. Y mi ano incluso aún más. Saber gozar. Pezones roídos. Glande agusanado. Y se siente bien. Nuestros amaneceres mue...

Morir/Nacer

Morir/Nacer: Mascullas ideas en la vereda. El grito que suspende el tiempo. La historia, la memoria. Materia y antimateria chocan. Explosión total. Sobrexposición. Aniquilación total. Muere algo. Renace algo. Masones pitagóricos. Algoritmos neuróticos. Una flor pinta una sonrisa. Corazón que pestañea. Dormir a destiempo. Despertar a contratiempo. Impertérrito contra viento y marea. El mareo soñoliento es un estado natural. Brisa de terciopelo. Demencia por antonomasia. Sublimación que subleva. Retoños enterrados. Apocalipsis como estilo. Mad Max como profeta. Muere algo, nace algo.

Collage VII

Collage VII : Mirada soñolienta de noches en vela, parpados quemados. La vanguardia burguesa no me interesa. Objetos mercantiles maquillados de arte. Mercaderes del lujo funcional. Lo nuestro nunca fue el amor. Lo tuyo nunca fue el calor. Ni la sinceridad. Consciencias parlantes. Alaridos alarmantes. Por la madrugada te despiertas sudada. Sobresaltada. En la cama enlatada. Estampida de elefantes en el alma. Impulso. Suceso. Disrupción. Rosario de epítetos soeces. Cuando con una sola línea basta como solución a la situación. ¿O no? Inhalar flores blancas de cristal. Pero me hace mal. Me vuelvo a enfermar. En la búsqueda de la caricia. De la debilidad. Suena en el aire. El disco que solo escucho cuando te extraño. Solo te extraño cuando recuerdo. Solo recuerdo cuando pienso. Y pienso todo el tiempo. Por eso mato neuronas por el naso. Instinto animal. Como la luna transitar la noche en soledad. El ahora es mi pasado. ...

Y no me hables más de la belleza

Y no me hables más de la belleza:   Esas miradas que no se miran. Esos que no se miran mirándose. Hasta el parpadeo. El momento. La pupila dilatada. De las miradas esquivas. De los iris de esquirlas. Esquivas. Se encuentran. Se abrazan. Entre un parpadeo y el otro. Con los ojos se acarician. Las pestañas se entrelazan. No se confrontan. Se estudian. Se analizan. Sin mirarse. Mirándose. Se deslizan en el aire. El aliento. Caliente vapor. En el espacio se buscan sin buscarse. Conectan. Un instante. Dentro del distante cotidiano. Cotidiano amargo. Amargo camino a ningún lugar. Tan largo como el suspiro. Como el orgasmo. Como el espasmo. Como sobrevolar el abismo. Y se pierden de nuevo. Por los agujeros de sus calaveras. Las cuencas derraman hormonas. Oxitócina hasta el coma. Las miradas segregan moléculas impares. Y ya no se miran no mirándose. Se escrutan detenidamente. En ese lapso profundo abismo que ca...

Lectores