En
el fin de los días:
“Primera ley de Newton:
un objeto en reposo permanece
en reposo o,
si está en movimiento,
permanece en movimiento a una velocidad
constante,
a menos que una fuerza externa neta actúe
sobre él”.
Mientras la tierra se descompone el
capitalismo de vigilancia se asienta sobre el gran reseteo.
Vagando en el salón espejado,
la disciplina del shock no está funcionando.
Nunca antes el silencio vino tan recubierto de una de una
fina y sutil película de tan estruendoso ruido.
El amanecer de los muertos no sabe de mañanas burguesas,
ni entiende promesas de reactivación, ni de readaptación,
ni de rehabilitación, ni de restauración ni de reconstrucción,
ni de siempre tanto de lo mismo, pero nuevo.
En la noche de las mil lágrimas,
en el año de las mil noches,
en los tiempos sin argumentos,
en los momentos de la no verdad
en el esperar y avanzar siempre hay un leve retroceso.
Ya no basta silbar triste en clave de tango a orillas del
Plata perdido en la rambla de Montevideo.
No me encuentro sincero.
El amor propio es como un barril sin fondo.
Pensar que algo es propio es una anomalía.
La anomalía del atlántico sur puedes ser tú.
Y Alison, Alison está muerta,
Alison, Alison no despierta.
En nuestra esencia, víbora, felino, ave, nunca
Camello, León, Niño.
Pero nunca, nunca jamas, cerdo, rata, comadreja.
O sea, nunca policía, milico, político.
Es como mirarse en un espejo y creer que eso es cierto,
Es más creer significa lo incierto.
Prefiero darnos un apretón de manos,
de vez en cuando de tanto en tanto, previo alcoholengelarnos;
el vaso se derramo.
El código es corrupto,
ansias transitar el túnel del éxito.
Domino tras domino la cascada es imparable.
En el hijo que no tuvimos, su nacimiento es peligro,
la planta que no
regamos, la perra que abandonamos;
en el fin de los días todo te vuelve a buscar.
La esperanza es un vomito que lame un perro hambriento del
pavimento.
“El
arte está en los destellos”.
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