Afligiendo:
Capital tecnológico, el impacto mato el tiempo.
El colapso del sistema, el mito del progreso se
esfumo.
Buscas en Marte una salida porque nunca amaste tu
hogar.
El colectivo se desintegro, humano objeto ahora
producto desechable.
Una forma de abrazar el caos, el método es
destrucción, aniquilación del yo.
Escupitajo en el tajo y penetró. Terminator 2.
El ojo rojo, intensificado será Hall, será el Gran
hermano, el gran marrano o la luz roja del stop.
Párate vos, aseveró acelerando.
Funciones y algoritmos mastican organismos, devaneos diletantes
de los delirantes con pantallas.
Deleuze con el Atari jugando al asteroids, antiedipo
hoy.
La teoría del color, la dictadura del dolor.
El almíbar caníbal que nos motiva a devorarnos por
dentro en los lamentos y gestos espasmódicos que no dicen nada
y lo dicen todo, todo a su modo.
TOC.
Los guachos de la magia canabica nunca tuvieron que
quemar en la yeca deprisa contra la brisa.
Hay un patrullero en tu cabeza, un comandante en tu
pieza
y un psiquiatra en la alacena.
Los chutes digitales, sobredopaminados, cerebros
vegetales.
La vuelta de lo ya hecho, desechos del Veinte.
La revuelta que ha muerto,
aletargados trapos rojos y negros,
en el cajón de los calzones.
El ejecutivo ejecutor te manda a matar por virlarle
tan solo un mendrugo pan(k).
(Salado! Salado mal, como el agua del mar o de las
canillas de Montevideo)
Perder la cabeza entre letras y tetas, atmosfera
secreta delata lujuria, furia de amor.
Sabor a dolor, color melón.
Perder la cabeza entre letras y tetas,
atmosfera secreta delata lujuria, furia de amor.
Sabor a dolor, color melón.
Amarillento fulgor hepatitis,
sabor a plomo en las muelas.
Empalidecen las lapidas petulantes,
vientres de alquiler para cadáveres,
la clase baja.
Clase baraja que siempre se tiene que ir al maso.
¿Sera la vida aburrida como película uruguaya,
picante como prensa paraguayo?
Angustiante para no caer en lacayo.
Delirante para ser un artista,
sin vista para cantar los cantares sobre culos y
tetas, caretas y atorrantes.
Perder la cabeza entre letras y tetas atmosfera
secreta delata lujuria, furia de amor.
Sabor a dolor, color melón.
Amarillento fulgor hepatitis,
sabor a plomo en las muelas.
Ametrallan a tu amigo en la esquina.
Empalidecen las lapidas petulantes
al vernos gozar afligiendo mala espina.
I due marescialli, 1961, Corbucci.
WarGames, 1983, John Badham.












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