1984/2020:
“La única iglesia que
ilumina es la que arde”
(Kropotkin/Durruti)
El doble
piensa ya llego y la ilusión de la simulación se
nos volvió
realidad.
Las voces
acalladas.
En tiempos
de abrazos postergados.
Y besos en
tránsito.
Corazones
aletargados.
Y caricias
aplazadas.
Ojos que ven
demasiado.
Son
obligados a no mirar.
El ojo por
ojo será la tumba de su sistema.
Eclipsados
por mirar más allá.
Por
disfrutar la poesía de la revuelta,
antes que la
anestesia de la mercancía.
De la
apariencia.
De la imagen
invertida.
La imagen
divertida nos gobierna.
Sociedad
instagrameada,
1984 es
2020.
¿O no?
El futuro una bota en la cara o una sonrisa forzada.
Por canicas de control.
El frio en la piel ya no nos detendrá.
Un Cataclismo latente
nos espera.
En espera, en espera.
Es aterradoramente hermoso el arder de las iglesias.
Sus llaman nos llaman, bailando vamos hacía ellas.
El amor y la alegría de la revuelta.
La primeria línea está en cada esquina.
En cada instituto.
En cada plaza.
En cada barrio.
Seamos solidarios con la lucha.
Será nuestra hora o la nada.
¿Si nadie nos ve será que no existimos?
Pero lxs “nadies” firmes siguen acá y cada vez somos más.
La desesperación, la venda y el ruido.
La turba clama castigo contra el despotismo.
El mendigo oprimido.
El humano carcomido.
El ruido, el grito, la venda ha caído.
El fuego, la piedra, el destino.
Nunka nos fuimos aquí seguimos


Comentarios
Publicar un comentario