Ermitaño:
"...hay
que ensayar un método todo novedoso que es la justicia y la generosidad.
Pero éstas sólo se expresan en los corazones
libres y en los espíritus todavía clarividentes.
Formar
estos corazones y estos espíritus,
despertarlos antes,
es la verdadera tarea a la vez modesta y
ambiciosa que le toca al hombre independiente.
Hay
que hacerlo sin pensar más allá.
La historia tendrá o no en cuenta esos
esfuerzos. Pero habrán sido hechos."
Albert
Camus, 1939.
Dicen que afuera hay algo
pero el afuera no me interesa y me da pereza ese algo,
mientras tanto,
me la paso intentando,
dominando la bestia blanca.
Cuando la luz se ve al final del túnel.
-No vayas hacía la luz.
¡No vayas hacia la luz!
Resta mirar al techo, fumar un pucho y escupir al amigo,
el único potencial verdadero enemigo.
Demasiado perezoso para olvidarte.
Adelantado y atrasado a la vez.
Encontrar la melancolía en un soundtrack de Amélie.
El proceso de vivir es proceso de morir,
minuto a minuto, segundo a segundo, oxidándonos.
Con los bolsillos vacíos, la mente llena y fuego en el
corazón, vamos.
No somos el problema sino el síntoma.
No somos la enfermedad sino el vector.
Somos el dedo que señala el problema que nos creó,
construyó, fabricó, educó, adoctrinó.
Demencia despierta a estetas de la nada,
filosofía atrapada en un caja dentro de otra caja.
La incertidumbre es el camino al derrumbe de uno mismo
–entropía-,
el abandono hacia el abismo; destino (o libre albedrio).
Una luz poderosa implica una profunda sombra,
y no asombra al ser despierto el mal que nos habita y
esto no implica nada más.
Solo saber.
Disfruto del miedo en tus ojos durante la penetración de
mi locura en ti,
y nada más.
Dónde está esa convención –la norma/lo normal- que la
quiero matar.
Y nada más.
Ermitaño/solitario en la misión de generar una
distorsión, una disrupción.
Ser divergente, y nada más.

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