Memorias de Lucha:
Revolución: "No es para nosotros un camino abreviado
para llegar al poder y moldear desde allí la sociedad según un determinado
programa. Sabemos que no se puede.
Nuestra revolución no es nuestra, sino de la sociedad
entera. Consiste en un cambio profundo, que es lento como todo lo profundo y en
un determinado momento de ruptura con el pasado -que es el momento propiamente
revolucionario- se concreta. Puede haber o no una fase insurreccional
(generalmente la hay), pero ésta sirve para derribar obstáculos frente a las
transformaciones que ya tienen un consenso tan amplio como para que no haya
imposición y el cambio se produzca en las bases sociales obra de las mismas
bases."
Luce Fabbri, 2013.
Muchos años han pasado
y la vida nos ha golpeado.
Pero hemos resistido,
al tiempo y al olvido.
En el camino, hemos perdido
compañeros y amigos
que dieron su vida
por un sueño, la anarquía.
Fruto de un legado que se nos ha traspasado.
Siempre recordamos a los héroes de Chicago.
Los notorios y los no tanto.
Al movimiento social conjugado.
En apoyo mutuo y corazón solidario.
La frescura y la vigencia de esa crítica al sistema.
Ahora confirmado.
La historia se repite.
Los dados están cargados.
Hemos retornado
Circulo vicioso.
Designios del mercado.
La mano invisible del capitalismo salvaje.
Ahora renovado.
Al neoliberalismo consagrado.
El anhelo de libertad nunca ha sido olvidado.
Símbolos de los pobres del mundo organizados.
Lucharon por cambiar
las condiciones de las relaciones sociales
del proletario.
Por querer buscar una forma más elevada de
civilización.
Donde los pobres no estuvieran subyugados
por un sistema de salarios nefastos en beneficio del
capital.
Cayeron por pergeñar un camino para consolidar
el derecho a la vida, la libertad y el bienestar.
Por combatir un sistema basado en privilegios
De unos pocos sobre otros muchos.
Condenados al cadalso en un proceso turbio.
Guiados por millonarios, para aleccionar al pueblo.
Que lo único que debe hacer es obedecer y estar
callado.
Esos que han expropiado el fruto de la riqueza de los
que la hemos generado.
Robándonos impunemente erigen grandes fortunas.
Siempre amparados en sus tan queridas leyes.
Porque ley y capital resultan la misma cosa.
Esa es la lógica tramposa de su tan alabado Estado.
Fueron acallados por el simple hecho de ejercer su
derecho de expresión, por el libre pensar, por imaginar un futuro mejor.
Por ser enemigos del orden establecido.
Y cuando llego la hora los condenados del pueblo
Salieron de sus celdas sonrientes y preparados,
Los cuatro.
Sabiendo en sus conciencias que sus ideas y no ellos
Era lo que había sido juzgado.
Dicen que Spies, Fischer, Engel y Parsons, en el momento
de ser colgados, gritaron: “¡Hurra por la Anarquía!
Entonces se siente un ruido, cede la trampa y los
cuerpos se precipitan al aire.
Pareciera que todo ha terminado.
Pero no es tan así, la semilla se ha plantado, un
mojón se ha marcado.
En la historia y la memoria de los oprimidos.
Del proletariado, viendo la crueldad, la mentira.
Del enemigo de clase cuando es desafiado.
Señales de duelo,
flores de seda roja por los compañero sacrificados.
Muchedumbres reunidas despiden a los mártires del proletariado.
Lirios y clavelinas, crespón negro.
Marcando Ocaso.
El Ocaso de los tiempos.
Que tanto ansiamos.
El Ocaso.
Promesa de nuevo amanecer.
Ese renacer que estos y otros caídos,
Tantos y tantas olvidadxs.
Con sus luchas nos han señalado.
Un camino a ser transitado.
“Si la muerte es la pena correlativa a nuestra
ardiente
pasión por la libertad de la especie humana, entonces,
yo les digo muy alto, disponed de mi vida”.
Adolfo Fischer.
En memoria de los mártires de Chicago…
y por tantxs otrxs olvidadxs


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