Prefiero la nada:
Quisiera llorar, estallar en lágrimas
que laven mi dolor, pero no puedo,
de mis cuencas, no salen lágrimas.
Tal vez las gaste, cuando era demasiado joven y
demasiado rápido; horrible es el conflicto en uno, cuando sabes que estas mal
pero tu cuerpo se niega a expresarlo, a descargar, creo que siempre me gusto
cargar con mi dolor. -Es tu cruz, me diría un cristiano mal parido.
Quisiera gritar, pero no, no sale ningún sonido, tal
vez este afónico de otros gritos en otros tiempos.
Quisiera dar mi cabeza, una y otra vez, contra la
pared, hasta que brote mi cerebro, total, dicen, que ya no sirve para nada, que
no es lo que solía ser, y tal vez, tal vez tengan razón, simplemente soy tan
estúpido que no me daba cuenta.
Patéame, luego, mientras estoy en el suelo, sigue
pateándome, ya habías empezado antes de que te lo hiciera notar, antes de que
lo hicieras consciente, hazme temblar con tus patadas, como tiemblan mis manos,
al momento, de escribir esto.
¿Te conté que soy muy trágico? A veces mi mente es un
infierno, cuando se abre la puerta de los afectos.
Entre sentir dolor, vacío y angustia, preferiría no sentir nada.

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