Y después… la nada:
Paso mis ratos,
leyendo, más bien releyendo.
Buscándome en el pasado
y escribiendo, de vez en cuando,
por momentos.
Tomando café.
Escuchando música.
Lagrimeando en ocasiones.
Y fumando, fumando mucho
y después tosiendo a roletees.
Me quedo sin aire, por segundos,
luego respiro y siento el dolor.
El dolor de seguir vivo
ese es mi castigo.
Mi recompensa llegara al final.
La fatídica muerte, no sin antes,
el dolor, un intenso dolor y sufrimiento.
Pues la muerte está en mi agenda.
La cita la concreté hace tiempo.
Me lo he ganado a pulso.
Solo un accidente bendito me impedirá acudir a
esa cita.
Pero me temo que no se le dará ese golpe de suerte,
a un eterno perdedor, sin gracia temprana.
En esta mañana, la fría lápida está en mi camino.
Solo sé que venimos al mundo a sufrir
y después...
Después la nada.

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